viernes, 5 de noviembre de 2010

Del viaje al centro de mí... de ti

Y que mintiendo se quedaría tranquila, que el manejo de incómodas tinturas, se transforman, siguiéndome tal como nube, mintiendo... mintiendo.
Debo terminar olvidando lo moribundo de mi fluidez sanguínea, rápido, porque su sudor, volátil señal, se transforma en globo aerostático que, atravesando continentes, se aparea en mi piel... y muere, se diluye por los poros.
El fantasma del sudor sigue otro viaje, moviéndose por mis venas, calculando la distancia, los ángulos y la tempestad, hasta descubrir la roja américa, la puerta de oro. Se mata el pasado, pero se ahuyenta el dolor, pues esto no es vieja historia, sino, la historia de mi incrustado motor.

3 comentarios:

  1. que lindo monse..... ya soy tu seguidora :)

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  2. Puede que mi hermenéutica este muy desviada… pero para mí el poema tiene un fuerte cariz erótico jajaja

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