lunes, 29 de noviembre de 2010

Nueva y si pudiera, mía.

Parapléjicos mis dientes y mi lengua.
La encía irritada,
ha sido el efecto de una luz,
que a tus poros bañaba.

Dale tregua a mi aire,
que ya se acomplejó
con la inestable aventura de querer tocarte.

En tormento,
a un reflejo de lo más intenso,
de lo más suave y distinto.

A un intento,
de raspar el sello a ciegas
sin ganas ni gemidos.

A un pasado,
que ni he estrujado,
no he molido, no he lavado.

Mas, en aullidos se me ha ido,
en un grito la he dejado.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Del viaje al centro de mí... de ti

Y que mintiendo se quedaría tranquila, que el manejo de incómodas tinturas, se transforman, siguiéndome tal como nube, mintiendo... mintiendo.
Debo terminar olvidando lo moribundo de mi fluidez sanguínea, rápido, porque su sudor, volátil señal, se transforma en globo aerostático que, atravesando continentes, se aparea en mi piel... y muere, se diluye por los poros.
El fantasma del sudor sigue otro viaje, moviéndose por mis venas, calculando la distancia, los ángulos y la tempestad, hasta descubrir la roja américa, la puerta de oro. Se mata el pasado, pero se ahuyenta el dolor, pues esto no es vieja historia, sino, la historia de mi incrustado motor.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Apetito

Mareada de intensidad y olores de boca a boca. Es la ave poderosa que mi cerebro se ha llevado, manchando mi valle de negro capricho. Mis manos me roban lo que estoy sintiendo, lo desplazan hasta lo grave del ser humano –que con el temblor jadeado, deja de serlo- y soñando al desierto intensamente acabado. Concentrarse a la palabra, viscerar lo más ahogado y escrupuloso, llegar hasta el escondite mismo, la sensación de olimpo. Penetrar el árbol. Capturarlo y observar silencioso su movimiento más intenso. Se derrite hacia el aire para ser diminuto, efímero viaje a la sangre demoníaca, al espíritu santo que ya estaba en cúpula con la piel humectada de biología transhumana. Al mar, flotar con cada gota y ser parte de la biblia al caminar sobre las aguas, desafiar mi naturaleza y los ojos sin pupilas herejes. Desplumarse y desplomarse, porque se han volado los lagartos de la garganta y se ha evaporado el agua bendita. 

Confesarme

El encuentro de las manos que agitan mi aire cuando al cielo me acerco, el suspenso por despertar todos los días en el mismo lugar, el sonido por hacer camino, el aprender a respirar tranquilo. Si solo mi resistencia desnuda fuera un vuelo entre aroma de sosiego. Y si tú, banal figura, despuntas la filosa carne de tu lengua, este remate de salivas y conjunto de horas, sería el más triste y distinto a mí misma. 

A los cinco segundos y un mensaje pa' ti.

¿Por qué hidratas la sangre de mis barcos?
¿Por qué sigues un camino tan recto y tan fácil?
¿Cómo lo hallaste?
Si ni el sentido yo he sabido,
Tú, fácil has arrancado al futuro
Y llenaste de fruto un día frío
Un  color frío.

Engañaste los turbantes,
La médula y la piel.
Humectaste toda tonada,
Caíste en el sacrificio de mi engendrada madurez.

Ven a verte,
Porque he guardado retazos de 5 segundos
Y no solo te he descubierto,
Incluso bajo desierto,
No solo en ti me he bañado,
Tiempo humedecido.

Has hecho el paralelo,
Hundiéndome en el resonar.
Y me diste la luz de tu portillo,
Desde tus extremoss.

Claro y loco,
Aludir a mi grito,
Para en el mismo silbido,
cortar al aire y al ruido.

De la caja negra

Arañas que en el aire tejen una nota
Sin duda pueden ser pájaros
Y cada pluma frena,
corta lo anterior para un algo nuevo.

Cada brisa baila
Y cada pétalo en mi rostro rosa
Un vello cada uno,
Para hacerme sentir en completo vacío.

Dar paz
Dar belleza.

El silencio empuja mi labio hacia abajo,
Dejando un punto trágico en mi lengua,
A la vista de todas las espaldas.

Complejo insertado a través de mis piernas,
A través de mis manos.

¡Hazme concluir,
hazme respirar!.

Reconozco tu piel serena,
Pues de la tierra haz venido,
Y en mí,
Danza la sangre por recorrerte en el viento mudo.

Gracias al sonido,
Gracias a las cuerdas,
Que me han dado paso al infinito.

Hasta hoy

De retorcido indulgente,
hasta las entrañas del mismísimo tiempo,
Reprimir tu barro y callar las manos,
Hundir el profundo dolor de las sábanas,
Completar el llanto.

Sin noche de golpe,
Sin nada de perdón.
En medio del pecado,
Aullando cada gota recorrida entre la piel.

¡Qué nostalgia y qué pudor!
¡Qué engaño y qué valor!

Y se acerca la hora…
Galopa alumbrando un acoso a mi voz,
Un incesto a mis palabras,
Una violación de luz.

Y continuamente exacto,
Siguiéndome en sombra,
Un halo que me corta la boca.

chañalen (desnudo) à tes yeux (a ti)

Es difícil,
si se regocija en tal frutal aroma
y en tal pétalo piel.

Se transforma en la seda que baña el vientre
y es tan de cuento,
que en la mente flota,
pero como látigo
también tortura y mata.

Justo al punto,
a la mancha roja,
que sigue siendo roja
en la vertiente viva de mí.

Sigue acosando el pensamiento,
las neuronas gritan en orgasmos,
porque el recuerdo dudoso,
ha llenado sus horas de morbo.
-Orgía-