miércoles, 14 de diciembre de 2011

Desde la cuarta

Al corazón lo tengo abierto,
Como camino sin árbol que se burle,
Así, despejado y libre, limpio.
Escuchas al ave
Que al cantarte mueve el aire
Como llenando tu aliento de una dorada señal
Guiando un destino,
Que en el antaño fue visto,
Dentro de animales de un mar.

Todo llega al fondo,
Plantando una jeringa en el pecho
Concentrada de lo no vivido,
Llenando de un futuro pasado
ensuciando la niñez,
con el sueño mío.

Para que sea cierto,
Viajar en el nácar de un sentimiento,
Hacer lo que no se hizo,
Entonces olvidar con el viento,
Que mis aguas se unen a su río.

en la cima de la montaña

La montaña que tapa al sol,
Es esa la que tiene mi felicidad
Y así, idiota, como si rozara tu piel, cuando con el mouse toco tu foto… tratando de encerrarte entre ese movimiento baboso... Como si fueras todo lo que hay en este mundo, si el derredor se moviera a otra vida y yo olvidar la misma mía, para siempre recordarte solo a ti, en mi dedo que está en el mouse. Simulando que mi mano es todo mi cuerpo, para alcanzarte entero, todo tú en todo lo yo. Así estoy, tonta, enamorada y llenándome de células felices y ansiosas por sí hacer realidad esa oscilación de mis ojos en ti, sentir el pelo sonar cuando los dedos lo invaden, sentir tu piel hundirse en la mía, sentir las mariposas y montones de insectos en mi estómago, pero de verdad, cuando tu lengua vista mi ombligo y cuando tú me llenes dentro.

lunes, 1 de agosto de 2011

Círculo vicioso, congelado.

A veces es simplemente un círculo vicioso:
¿A dónde descargas tu llanto,
A dónde van las palabras ensangrentadas de ti?:
De vuelta, al mismo cuerpo que las indujo a salir,
Porque se está en soledad, con un computador,
Que es el mundo para oírte,
Pero el eco está muerto en la piel humana,
En la sombra de una película ridícula
De mares ingratos,
Y de amores sin amor.

Y el silencio,
solo lleva a darme cuenta de
cómo entra el aire en mi boca,
Como los dedos se congelan y los labios se secan,
El cuerpo se muere por unos minutos,
-por eso los suicidas, son depresivos-
Tal vez en los polos,
A fuera, entre la nieve,
No te entristeces,
Porque ya no hay nada que congelar.

martes, 11 de enero de 2011

Por los mil mares y mis ojos de adentro

En el mar, una actuación gratuita para peces, ni aunque aire quede, en mi silueta corre el viento, porque yo camino en tierra firme. Como primer recuadro, como primer instinto. Acabar esa verdad, hundirla conmigo, esparcirla en mi arena que recorre libre el pensamiento. La llave en caja sin cerradura, y un mundo entero consigo. Las aguas son letras que una tras otra te hace arrepentida, pues pueden dar marcha al universo, sin darte si quiera cuenta. Y ese universo, no es más que lo sentido, cuando en la carne te recorre entera. No hay más libertad que en los nervios, y desde los ojos emprende camino, lo que con ganas te supera el miedo, te da calor y sonido. Te moja las manos y te tiembla el suelo... las sábanas, las sábanas ya son parte de ese mismo surco que ha ahuyentado un árido abrigo.
Comenzó este galope, con ojos ajenos, y cultivó paisaje con los pechos foráneos... pero en la última reja, colgaba una nota de lejos, que amputaba un recuerdo de la cabeza. Era el óbito en mi marea, era el óbito, pero de ella.