lunes, 1 de agosto de 2011

Círculo vicioso, congelado.

A veces es simplemente un círculo vicioso:
¿A dónde descargas tu llanto,
A dónde van las palabras ensangrentadas de ti?:
De vuelta, al mismo cuerpo que las indujo a salir,
Porque se está en soledad, con un computador,
Que es el mundo para oírte,
Pero el eco está muerto en la piel humana,
En la sombra de una película ridícula
De mares ingratos,
Y de amores sin amor.

Y el silencio,
solo lleva a darme cuenta de
cómo entra el aire en mi boca,
Como los dedos se congelan y los labios se secan,
El cuerpo se muere por unos minutos,
-por eso los suicidas, son depresivos-
Tal vez en los polos,
A fuera, entre la nieve,
No te entristeces,
Porque ya no hay nada que congelar.

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